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martes, 24 de marzo de 2015

Copacabana; Bienvenida a Bolivia

Copacabana desde el Cerro del calvario
Llegamos a Copacaba en un bus que venía de Puno, a donde llegamos desde Arequipa después de viajar unas 6 hrs por la noche, no hay buses directos Arequipa-Bolivia. Bordeamos el lago Titicaca y de ahí llegamos a la frontera, sin mayores contratiempos sellamos los pasaportes y a entrar en Bolivia. Nos cobraron 1 Boliviano por entrar al pueblo.

  Una vez en Copacabana corrimos a instalarnos y nos dimos cuenta que el tiempo, la inflación y el turismo habían hecho de las suyas, el mismo hotel que hace 5 años nos costó B$80 ahora nos costó B$ 170. Enfin, como Yuri y Edgar no conocían, decidimos hacer los mismos recorridos de las veces anteriores; El Panteón, Subir al Cerro del Calvario donde pudimos observar algunas especies de colibríes entre ellas el gigantesco Patagona gigas, el colibrí más grande que existe. Al descender fuimos a la Iglesia de “Nuestra Señora de Coapacabana” una catedral enorme, que tiene uno de los altares más hermosos que he visto, sumamente lleno de detalles, laminado en oro, muy barroco, infelizmente al interior están prohibidas las fotografías.
Los barquitos en el Titicaca, desde el Cerro del Calvario
Contratamos un tour por las Islas del sol y de la luna. Primera la Isla de la Luna donde paramos en el sitio arqueológico del Templo de las Vírgenes, rastro del paso de la cultura Tiwanaku. De ahí nos movimos hacia la Isla del Sol en su parte norte, ya estando decidimos que debíamos subir hacia “El Mirador” la parte más alta de la isla.  La subida al cerro es algo cansada porque a esa altura (más de 3,800msnm) el oxígeno falta. Uno comienza a subir unas escalinatas de piedras entre jardines de flores, musgo y el revoloteo de algún que otro perforaflores. Las escaleras son un zigzag interminable que se mete entre muros de piedra y adobe, corta aquí y tuerce allá, pero no termina hasta casi en la parte alta del cerro. Algunos vendedores de ropas típicas o panes recién horneados aguardan a los viajeros al costado de la calle, también a la sombre se puede ver a las ancianas hilando lanas de oveja que algunas juran es de alpaca.

Cuando llegamos al Mirador, nuestros pulmones habían sido exigidos al máximo. Estábamos solos allá arriba, nadie más, solo el viento helado, el Titicaca como un espejo quieto y al frente los picos nevados de la cordillera. No traíamos tiza, pero afortunadamente yo no había sacado las crayolas de mi mochila y entonces decidimos dejar un recuerdo para los estudiantes de Ayotzinapa en ese mirador abandonado, tal vez alguien lo lea y sepa de qué se trata, ojalá y sean muchos.


Al día siguiente Yuri y Edgar se fueron a conocer las “Islas flotantes de Totora” al final descubrieron que ni eran islas, ni flotaban, pero al menos si eran de totora. Llegaron y enseguida abordamos el camión que nos llevaría a La Paz. El camino a La Paz, incluye un transbordo en panga y lancha en el estrecho de Tiquina. Todo mundo desciende del autobús y a este lo suben en una “Panga”, mientras uno pasa en una lancha no muy rápida, es muy divertido ver esos enormes autobuses balancearse al ritmo de las olas del lago.
Otra vista de Copacabana

Patagona Gigas, el Colibrí más grande del mundo

Un grafiti colorido.
Iglesia de Copacabana


Callejón de Copacabana

Copacabana de Noche

Templo de las Vírgenes

Restos de la cultura Tiwanaku en la Isla de la Luna


Escalinatas Isla del Sol

Entrando a la Isla del Sol

Gorrión andino de espalda amarilla


El Mirador

Vista Panorámica desde el Mirador (Isla del Sol)
Sus Servilletas

Escarabajo de la Familia Meloidae


Gato de la Isla del Sol

Teniendo rancho y Llama, es más liviana la Pena

Puerta del Sol en Isla del Sol


Volviendo a Copacabana

alla va nuestro camión, cruzando el Estrecho de Tiquina
Madonnari realizado en "El Mirador" de la Isla del Sol y dedicado a los estudiantes desaparecidos


jueves, 12 de marzo de 2015

Arequipa y el Cañón del Colca

AREQUIPA


“La ciudad blanca, la ciudad del arte y la cultura” así nos la describieron. Y así llegamos después de viajar toda la noche desde Cuzco, con adarga al brazo, dispuestos a enfrentar gigantes y conquistar el corazón de la dulce princesa Arequipana. Al entrar nos recibe imponente el volcán Misti que parece una enorme falda blanca y nos recuerda mucho al Popocatépetl.

Ya en el centro histórico, lo que nos llamó la atención particularmente fue la catedral, que fue ordenada su construcción por el papa Pio XII y que reúne varios estilos. Es enorme, imponente y sui géneris. Nos tocó ahí en esa plaza la fiesta del “Pisco Sour” pudimos degustar algunas de estas bebidas, algunos aprovecharon y se les pasó la mano.


Celebrando el Pisco Sour



Lo primero fue instalarnos y buscar un lugar donde pintar un madonnari. Fuimos a la presidencia municipal, al departamento de cultura, donde nos mandaron al manejo del centro histórico y de ahí nos mandaron a meter una solicitud a la “mesa de partes”, una vez solicitado había que llevarlo de nuevo al departamento de manejo de centro histórico y de ahí otra vez a cultura y finalmente de nuevo al departamento de manejo de centro histórico, sellos y más sellos, firmas y más firmas…      …al final nos dieron un permiso de tres días, especificando que podíamos hacerlo en una plaza lejana y sobre un material, que no fuera directamente sobre el suelo. Tal parece que la “capital cultural” del Perú no accede tan fácil a la promoción del arte.

Compramos un pedazo de tela, y comenzamos a realizar un diseño de un yaqui realizando la danza del venado. La gente curiosa comenzó a rodearnos y a preguntar sobre lo que significaba la obra. Algunos incluso hicieron preguntas sobre presupuestos y cosas por el estilo, preguntas y propuestas que generalmente no llegan a ningún lado…     …apenas comenzaban las monedas a tintinar en el sombrero cuando el cielo comenzó a amenazarnos con caérsenos encima. Así fue al cabo de unos minutos una llovizna que fue incrementándose nos obligó a emprender la retirada. Ahí acabó la historia del madonnari en Arequipa. El diluvio se vino durante varios días y nosotros sin un arca en donde refugiarnos de par en par.


Al final así quedó

Cañón del Colca.

Contratamos un viaje al “Cañon del Colca” cuyos atractivos principales son las paredes enormes, el complejísimo sistema de terrazas de cultivos preincaicos, unas aguas termales y la posibilidad de ver el cóndor. El tour que escogimos incluía una noche de hotel en Chivay y costó algo así como 20 dls por persona. Una cosa a tomar en cuenta es que al entrar a Chivay te cobran una “entrada” que cuesta 40 soles para sudamericanos y 70 soles para extranjeros. Nosotros haciendo contorsiones geográficas convencimos a la administradora de que México estaba en la porción sudamericana. En el camino se llega a un punto altísimo donde se observan 7 volcanes y algunas mujeres retando a la altura venden artesanías.


Las aguas termales estaban sumamente calientes (37, 39 y 40ºC) lo que contrastaba con la helada atmósfera, para entrar 15 soles. Al día siguiente había que visitar el nido de los cóndores haciendo escala antes en algunas comunidades muy interesantes, entre las cosas que me llamó la atención es que algunas personas cuidan de aves de presa obtenidas del medio salvaje, se utilizan con fines turísticos. Al llegar al divisadero principal la niebla no dejaba ver a 4m de distancia, no pudimos ver nada y tuvimos que bajar a buscar otro sitio. El sol ya comenzaba a asomarse y era un poco tarde. Una horda de turistas frustrados apostados en uno de los divisaderos. De pronto un murmullo generalizado se hizo un grito de sorpresa, un cóndor joven pasó por encima de nosotros, es como un pequeño aeroplano,  imponente se fue haciendo pequeño mientras se alejaba en el cañón. Al paso de los minutos aparecieron más cóndores, fugaces planeaban debajo de nosotros, un breve y asombroso instante.







Pastel de papa!

Aguas termales de Chivay

Mercadito de Chivay



Domadora de águilas en Maka




Aguila Chilena

Cañon del Colca y las impresionantes terrazas precolombinas

Cañon del Colca y rio Colca
El imponente Cóndor de los Andes



De cetrero con un Buteo polyosoma

Esa tarde volvimos a Arequipa que nos recibió con un chubasco tremendo, a volver al hostal y a prepararnos para salir al día siguiente rumbo a Bolivia.

Tarde Lluviosa en arequipa