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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Breve incursión al Uruguay

Palacio Salvo desde la Plaza de la Independencia


Gualeguaychú hace frontera con Uruguay, de hecho es famosa porque durante un tiempo cerraron el puente internacional por el asunto de las papeleras, cada año se conmemora esa lucha con una marcha al puente. Pero eso es solo para ponernos en contexto.

Decidimos irnos a Montevideo de “ride”, “aventón”, “autostop” o como dicen acá “a dedo”. Salimos temprano, caminamos un poco afuera de la ciudad y nos paramos al lado de un centro comercial, el tercer vehículo que pasó nos llevó, una camioneta que iba solo hasta el puente, así que ahí tuvimos que pasar caminando la fiscal antes del puente, por el puente no se puede cruzar caminando, hay que hacerlo en vehículo, probablemente es una medida de seguridad, porque es larguísimo y altísimo. No corríamos con suerte, porque todos los camioneros estaban parados y los vehículos particulares no nos prestaban la menor atención. De pronto pasó la porra de Racing que iba a ver un partido de la copa libertadores contra Wanderers (allá en Montevideo). Estábamos desanimándonos ya, cuando un BMW se para enfrente de nosotros, el hombre se baja y empieza a mirar debajo de su carro, le pregunto ¿puedo ayudarle con algo? – una tolva de plástico arrastraba contra el suelo – conseguimos unos alambres, un par de agujeritos y ¡listo! teníamos nuestro viaje hasta…    …Fray Bentos. Cruzamos la aduana, esta aduana es curiosa porque están juntas, y el sello de salida de una sirve como entrada a la otra (nación). Ya la barra de Racing ya tenía su fiesta, unas 8hrs antes del partido.

El del BMW nos bajó en la entrada de Fray Bentos, de ahí esperamos poco hasta que un camionero argentino se paró y nos levantó, advirtiéndonos que solo iba hasta Cardona. Aquí me gustaría mencionar que la distancia entre Fray Bentos y Montevideo es de alrededor de 300 km, Cardona está en un punto intermedio a 180km de Montevideo. El camionero nos iba contando de como estaba la movida en Uruguay, de cuan caro era y que él era fan de Independiente. Todo esto mientras íbamos por la carretera semidesierta, unas cabañitas por allá, todas lejos del camino entre llanuras casi sin árboles, la carretera es, por cierto estrecha y los principales usuarios eran los camiones que llevaban madera para las papeleras. Nos bajamos en Cardona y al poco tiempo descubrimos que por el horario y la ubicación del pueblo no tendríamos más remedio que tomar el autobús a Montevideo.

Ahí en Cardona pareciera que el tiempo se detuvo, la gente es grande, el pueblo es pequeño y los edificios son antiguos, charlamos con unos ancianos que curiosos nos preguntaban sobre México, nos hablaban de María Felix, de Miguel Aceves Mejía y otros personajes de la época, también nos hablaban de la política de su país, eran un poco reaccionarios. Salimos a las 6:00pm a Montevideo y llegamos alrededor de las 9:00pm, el costo $250 por persona. Llegamos a la central y ahí con lo cansados buscamos el primer hotel para quedarnos, un lugar limpio y familiar, alrededor de 50dls por pareja por noche. Lo bueno es que había donde cocinar, y al poco momento descubrimos lo cara que es la comida en este país. Un kg de huevo estaba en un aproximado de 3dls, tomate ni pensarlo. Cenamos solo huevo con cebolla.

Tempranito al día siguiente salimos a andar el Centro, tomamos un urbano y nos llevó directo a la Plaza de la Independencia, donde están los restos del Gral. Artigas (que fueron traídos desde el Paraguay). De ahí uno comienza a caminar por las peatonales entre casonas viejas y restauradas, cafés, restaurantes, museos, antiguos y mercados callejeros donde se venden cosas muy antiguas. No vi a nadie fumando marihuana, pero en cambio si encontré alguno que otro mexicano vendiendo artesanía nacional por acá. Fuimos al mercado del puerto, que es una de las atracciones del casco antiguo, sin embargo como era de esperarse, los menús estaban bastante por encima de nuestro presupuesto. Luego enfilamos hacia la escollera y la rambla, pero la verdad es que entre las calles más alejadas se veía algo inseguro, mucha gente con actitudes sospechosas, así que no pasamos mucho tiempo por ahí. Entramos a la embajada de México (casi casi para pedir repatriación, jaja) y luego pasamos por el “café Brasilero” donde Eduardo Galeano solía asistir. Cambiamos algunos pesos por dólares para nuestro regreso a la Argentina.


El ambiente en general se siente de otro tiempo, muy tranquilo, apacible, la gente vestida de saco y boina, caminando despacio, cada quien a su ritmo, eso sí, el costo de vida alto, más alto que en el resto de los países de sudamérica. Al caer la tarde decidimos volver caminando al hotel para conocer mejor. Las avenidas llenas de arboles otoñales daban un espectáculo casi romántico. En la terminal no había boletos de vuelta a la frontera la mañana siguiente, así que compramos uno para las 2am, volvimos al hotel, medio dormimos ahí y en la madrugada emprendimos la vuelta a la Argentina.

Pidiendo "aventón"

Viendo pasar el tiempo en Cardona

Ancianos tomando el sol en Cardona



Artigas


mausoleo a Artigas

Peatonal de la calle Sarandí



Mercado de antigüedades en la Plaza Constitución

Mexicano artesano en Uruguay


Museo de Mayo

mercado del puerto

Bicicleta de madera


Rumbo al Mercado del Puerto

Esperando la vendimia


Edificios en ruinas del centro


Café Brasilero, donde Galeano solía frecuentar

Teatro Solis

Vista de la Plaza de la Independencia


Adornado del Edificio Salvo

A falta de puentes, una fuente para los enamorados


grandes avenidas de Montevideo

Rio Uruguay

sábado, 12 de septiembre de 2015

Gualeguaychú: A orillas del río de grandes aguas

GUALEGUAYCHÚ
Puente sobre el río Gualeguaychú

Gualeguaychú (nombre guaraní que significa algo así como Rio de aguas grandes), es un pueblo pequeño de menos de 100mil habitantes, situado a poco más de 200km al norte de Buenos Aires por la carretera nacional  14, la ciudad es atravesada por el rio Gualeguay que desemboca en el rio Uruguay. Es una ciudad famosa en Argentina por su Carnaval (el más grande del país) y por su lucha contra las Papeleras Europeas que se han querido asentar en el lado Uruguayo del rio Uruguay, específicamente en la ciudad de Fray Bentos.

Llegamos a Gualechuaychú por esas cosas curiosas que la vida nos deja. Hace un par de años conocí a Lucy por internet, una chica con la que coincidimos ideológicamente, luego conocí a su padre Javi, un tipazo. Ellos pertenecen a una Organización Popular denominada Militantes por la Vida y han sido parte activa de la conciencia social en la lucha ambiental. Pues resulta que ellos nos invitaron a pasar por Guale y hacer algo de arte, aceptamos sin saber la grata sorpresa que nos esperaba.
Iba en el autobús a la mitad de ver el “Gran Hotel Budapest” cuando tuve que bajarme, y esperar en la central. Al rato Javi llegó y verlo fue como ver a un amigo de toda la vida, fuimos a su casa, charlamos un rato, conocimos a Jona, a Polly y a su gato Nisman, pasaron las horas entre presentaciones casi innecesarias, unos mates y hamburguesas, el cansancio marcaba la hora ir a dormir, nos movimos a casa de la Oxi, el lugar que los Militantes nos habían conseguido para quedarnos.

Andar por Guale, me hizo sentir como andar en el otoño de la Ciudad Victoria de mi infancia, con casas sencillas y muy antiguas, de paredes gruesísimas, y con enjarres adoquinados con un poco de moho por la humedad, la plaza principal San Martín, con bastantes árboles antiguos cubiertos de paixtle, el parque que está cruzando el puente sobre el rio Gualeguaychu, es un área arbolada, limpia, donde las familias van a distraerse un rato, era gratificante ver a la gente y niños convivir en naturaleza acompañados de cosas simples, bueno eso entre semana, porque los fines se vuelve una locura. Nos tocó el otoño, a veces lo días eran soleados y a veces húmedos y nublados, pero sin tanto frío, lo cual no deja de ser pretexto para tomarse un mate con facturas y charlar un poco de política y del viaje y de esas cosas que se charlan con los amigos. Es algo trivial pero cuando estaba allá me tocó vivir con ellos la "pelea" de Manny Pacquiao contra Mayweather, el chasco que se llevó Boca en la libertadores cuando alguien de su público lanzó gas lacrimógeno a los jugadores de River, es algo un poco fuera de contexto, sin embargo quiero enfatizar lo divertido que fue compartir con ellos esos evento, también asistí a la presentación de la Banda ¾ donde tocan Jona y Exequiel en el Bar Don Matheo y colaborar con una intervención pictórica en el entretiempo.

El Mural

La propuesta fue siempre hacer un mural, eso lo teníamos claro, lo que no sabíamos era de dónde íbamos a sacar una pared y los demás materiales. Los militantes por la vida nos llevaron a Radio Máxima, ahí nos hicieron una entrevista muy interesante, y nos permitieron hacer un llamado a la población civil a hacer donaciones de material para la elaboración del mural. No hacían ni 15 minutos que habíamos salido de la entrevista cuando recibimos respuesta, un donador anónimo había resuelto cooperar con todo el material, “lo hago por mis nietos” dijo. Faltaba el muro, y entonces Mariano, dijo ¡que se haga el mural yo pongo el muro! Y consiguió que nos prestaran un muro al lado del bar que posee (Un boliche muy chévere que se llama Don Matheo). Nos prestó las instalaciones y nos acompañó los 3 días que duró la elaboración de la obra, en una ocasión hasta se invitó el asado y el Choripan.
Todos los militantes participaron, y mientras pintábamos sobraban los mates, las facturas, los chistes sobre la mexicanidad, la argentinidad, el hombre de barro, etc. Fueron momentos increíbles que se quedaron grabados bien profundo en la memoria.

El mural consta de 3 partes, que son: La lucha del pueblo de Gualeguaychú por defender el medio ambiente, la perversa maquinaria capitalista al centro y del otro lado un humilde homenaje a la memoria de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa aún desaparecidos. Es de alguna forma un recuerdo a todos los desaparecidos de nuestra América Latina.

En cierto momento nos sentimos como celebridades, fue alguna gente del pueblo a visitarnos, fueron los medios y al final tuvimos un par de notas periodísticas y tres entrevistas radiofónicas. Sirva todo ello para difusión de la obra y los temas que trata. Conocimos también al maestro pintor y escultor Eduardo Ayala, que nos ofreció una velada muy amena.

Participamos también en la elaboración de una manta para concientizar sobre el juicio que se llevaba a cabo sobre dos defensores ambientales, (juicio que justamente ganaron).

Despedida de Guale

Cuando llegamos planeábamos estar cuando mucho una semana, llevábamos dos y después de una breve incursión al Uruguay, regresamos y por cuestiones de salud de Tenoch nos quedamos una semanas más.

En la despedida Isabel (una señora lindísima) cocinó unos canelones que eran ¡exquisitos! Al final no quería irme, me gustó Guale para vivir, me sentí como en casa porque me ellos me hicieron sentir como parte de la familia y me los traje en la memoria, pero dejé allí un pedacito de mi corazón.


Aprovecho este espacio para agradecer a todas las personas de Gualeguaychú que de una u otra forma nos apoyaron, entre ellos: a Javi, a Lucy, a Polly, a Jona, a Oxi, a Isabel, a Vale, a Sol, a Nahue, a Axê, a Exequiel, Mayra, a Luca, a Jennifer, a Mariano, al donador anónimo, a los periodistas que nos entrevistaron y dieron difusión a nuestro proyecto, a los que nos apoyaron cuando Tenoch se enfermó, a todos ustedes muchas gracias¡ 


Puente visto desde la Costanera (por donde pasa el Carnaval)







En el Bar Don Matheo

Cárcel de la ciudad

Materiales donados

Plaza San Martin

calle central de la ciudad




Sale la Luna, se levanta el farol¡






Chicas pintoras


La hora del mate




El Choripan







Isabel¡

Recuerdo de la dictadura con el Corsódromo al fondo

El mural terminado

Así se cubren los presos del sol

ventana de la prisión

Otoño en Guale

Intervención con 3/4


El Jona y al fondo el Rio