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jueves, 23 de abril de 2015

De la Paz a Tiwanaku





Mis pies vuelven a pisar este suelo después de seis años. Venimos de Copacabana, y mientras sorteamos un tráfico infernal al fin comenzamos a descender de “El Alto” y el Misti, ese gigante adusto y estoico, se muestra con su traje de nieve, como contemplando indiferente el bullicio que hierve allá abajo, en la capital de nación más alta del mundo.

En estos días hay carnavales y la caótica “La Paz” está más excitada que nunca. Nos bajamos en la terminal del cementerio, porque llegar hasta la terminal oficial es casi imposible debido al tumulto de vehículos y gentes apelmazadas unos a otros. Lo primero que noto al comenzar a andar la ciudad es el entramado de cables que pasan por encima de los techos de lámina y teja. Es el nuevo sistema de “Teleférico” que hace que esta parezca una ciudad en los Alpes Suizos y no en los Andes Bolivianos.

Entre el mar de gente apretujada entre los puestos ambulantes comenzamos a andar en busca de un hostal. Como ya había comentado, los precios son mayores que antes, pero siguen siendo los más baratos de Sudamérica (y tal vez del continente). Cuando al fin encontramos uno accesible y me dispongo a pagar, busco entre los bolsillos vacíos de mi pantalón, de mi chaqueta de mezclilla y solo encuentro unas monedas…   …alguien me ha sacado la cartera con las tarjetas de banco y $1,500 (mexicanos). Ahí comenzó la aventura de intentar llamar a un centro bancario en el extranjero desde Bolivia, lo cual desde los hoteles y desde las cabinas telefónicas es prácticamente imposible. Al final tuve que recurrir a la embajada mexicana, donde me facilitaron el teléfono y al final pude cancelarlas.

Una noche y un día y medio duró la angustia, la cual tuvo su dosis de adrenalina cuando tuve que ir hasta la embajada que está en un sector de la ciudad muy alejado del centro y con el caos del carnaval, parecía una aventura propia de indiana jones o alguno de esos superhérores de Hollywood.
En el Carnaval todo mundo se vuelve igual, todos beben, todos ríen, todos bailan, algunos lloran. Es toda una experiencia, acá el carnaval tiene un aire muy diferente a lo que se vive en Brasil. No es difícil ver a las “mamis”, estas señoras líderes de familia, con sus vestidos de muchas capas, siempre tan serias y ecuánimes, perder la compostura por el alcohol, llorando las penas en el hombro de algún compañero o compañera de bebida, o bailando eufóricas las cumbias andinas. Estos días todo se vale, la ley interviene solo en las situaciones más indispensables, pero en la calle es común ver gente orinando (hombres y mujeres), muestras de afecto extremo, algunas peleas y sobre todo mucha fiesta, mucho alcohol, mucho baile.

No pudimos visitar mucho en La Paz porque al ser feriados hubo como 5 días de asueto, solo un día tuvimos oportunidad de visitar dos museos; el museo de Arte Municipal y El Museo de Arte Moderno de La Paz, es realmente gratificante encontrarse obras de alta calidad. Salí muy satisfecho de ambos.

No pudimos hacer madonnari, pero uno de los días nos integramos con una comparsa del carnaval, nos pintamos de muerte y de catrina, bailando y bebiendo.

El Valle de la Luna

Un día decidimos ir al Valle de la Luna, una región de roca sedimentaria, muy erosionada, con formas que asemejan una catedral gótica. En el centro es fácil encontrar compañías turísticas que ofrecen tours al Valle de la Luna y Chacaltaya. Nosotros decidimos irnos en colectivo y taxi, nos salió como en 1/3 del costo turístico. El lugar vale mucho el esfuerzo y el costo de entrada es algo así como 15 Bolivianos.


El Paseo en el Teleférico

La Paz en la actualidad tiene 3 líneas de teleférico y se proyecta la construcción de 6 líneas más. Le da un rostro muy moderno a la ciudad y sobre todo la utilidad que presta a sus ciudadanos es muy valiosa. Al ser la ciudad un valle accidentado, ir de un punto de la ciudad a otro puede resultar toda una proeza física considerando la altitud de 3000 metros sobre el nivel del mar, donde el oxígeno escasea. Pues nos decidimos y tomamos una fila rápida, por 3 bolivianos uno toma un paseo, que lo lleva del centro a la parte más alta de la ciudad. Debo confesar que tuve un poco de miedo, pues es altísimo y muy inclinado. Ver la ciudad a vista de pájaro es una delicia, todos los techos, las casitas de color ladrillo, con seguridad muchos perdieron intimidad, pues los viajantes pueden ver con cierto detalle lo que sucede en los patios, balcones y azoteas, sin embargo la ayuda para los transeúntes debe ser incalculable.


Tiwanaku
En los viajes anteriores a La Paz dejé esto pendiente, pero se le llegó la hora. Después de investigar un poco, descubrimos que se podía ir a Tiwanaku, con unas combis que te llevan, te esperan y te traen de regreso. Salen de una base cerca del mercado de las tejas.

Después de casi dos horas de viaje llegamos al centro arqueológico de Tiwanaku, el mayor centro de la cultura que lleva este mismo nombre. No me adentraré en detalles históricos o arqueológicos, porque no soy experto en la materia y ese no es el objetivo del blog. Diré en cambio que la entrada para extranjero cuesta alrededor de $90 Bol, si entre varios se reúnen, se puede (y se recomienda) conseguir un guía para explicar la parte interior del centro.

Se erige en la puna, en antiquísimas márgenes del lago Titicaca. Dentro del centro hay algunas construcciones que son interesantes, aunque por su tamaño no sorprenden, debemos tomar en cuenta que vemos solo los restos, pues la ciudad fue destruida durante la conquista española. Con todo y eso, es posible sentir una “energía diferente” en este lugar. Entre otras estructuras se pueden observar algunas estelas, la Puerta del Sol que es el símbolo de este lugar, ahí me enteré que esta cultura utilizaba “remaches” de bronce para unir las estructuras de piedra, toda una innovación. Ya en los museos del interior del parque se puede observar la estela mayor, que es una estructura muy similar a los atlantes de tula (en Hidalgo, México), pero de un tamaño mucho mayor. La similitud entre ambos es simplemente increíble ¿Qué tan grande sería el contacto entre estas culturas del norte y del sur del continente?

Unas nubes obscuras y pesadas se cernían sobre el valle, la lluvia muy apenas nos dejó subirnos a la combi, en la carretera el granizo se agolpaba sobre la cuneta y el páramo que tiritaba emblanquecido.
Un día, sin más nos fuimos de La Paz, pero algo me dice que volveremos a la plaza de san francisco, al mercado de las brujas y darle de comer al mar de palomas de la plaza Trujillo.

Ehecatzin.







La Paz  "Moderna"

Bolivia manifestando su apoyo a los estudiantes de Ayotzinapa
















El auto que hace años cayó al barranco y quedó atrapado entre los pliegues del sedimento ¿para siempre? (los ocupantes porsupuesto no sobrevivieron al salto). otro de los atractivos del Teleférico.



La famosa puerta del sol

Si observan bien, descubrirán elefantes en la escultura ¿donde los verían los Tiwanaku?




Cabeza de humanoide ¿extraterrestre? jeje en la cripta de las cabezas.





Cruz precolombina
Tormenta que viene amenazando los cultivos









Socializando en el Carnaval, como dirían en México: "echando el chal"



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