Callejuela de San Pedro de Atacama, con los andes nevados al fondo |
Llegamos a
San Pedro como al mediodía, no me refiero a San pedro el cacto místico y
alucinógeno, tampoco al guardián de las puertas del cielo cristiano. Este San
Pedro es un pueblito semidesértico ubicado en la provincia biótica del Atacama,
y aunque hoy es territorio chileno, antes fue territorio boliviano y antes de
eso fue de la cultura Chinchorro y vayamos a saber de quien lo fue antes, si es
que alguna vez tuvo dueño la tierra…
La primera
impresión es buena, es un pueblo árido pero con buena infraestructura, algunas
calles adoquinadas, una iglesia de barro (en reparación). Ecológicamente es lo
mismo que Uyuni en Bolivia, pero están varios decenios de distancia en
cuestiones de “desarrollo”, acá no hay las mamitas con sus faldonas y carros
alocados. Al igual que en Uyuni, hay “Valles de la luna” Géiseres, un salar,
desierto, pero acá todo es orden y pulcritud, eso sí, los precios pueden ser 3
o 4 veces lo que en Bolivia. Es difícil obtener permiso para trabajar en la
calle, así que no pretendemos quedarnos acá y buscamos un autobús rumbo a
Antofagasta, el primer punto planeado en Chile. Solo pudimos encontrar un
autobús destino Calama, como a eso de las 4:00pm, tardamos 3 horas en llegar y
cuando llegamos a la terminal, no había más autobuses rumbo a Antofagasta. A mí
me urgía llegar allá para solucionar lo de las tarjetas de banco. Nos tuvimos
que quedar en Calama y ahí comenzamos a sentir la verdadera diferencia de
precios, en Alojamiento, Chile es varias veces más caro que Bolivia, así que
hay que prepararse para ello, encima en chile se manejan miles de pesos como
unidades básicas de mercado, así que hacer conversiones era todo un lío.
Al día
siguiente salimos temprano rumbo a Antofagasta. Llegamos alrededor de las
10:30am, tomamos un taxi que nos llevó al centro y nos instalamos, $18,000 en
un cuarto para dos personas, bastante limpio, con baño compartido. Ahí en
Antofagasta traté de resolver lo de mis tarjetas, pero me comentaron que aunque
el banco se llamaba igual, eran entes financieros diferentes, de tal forma que
no podían ayudarme. Decepcionando y pateando un bote salí a la calle pensando
en cómo tenía que hacer el viaje de ahora en adelante.
Ahora es
fin de verano y el clima es agradable.Ese día nos fuimos a conocer la ciudad,
caminar por el malecón y andar por la playa. En el puerto vive una familia de
Leones marinos sudamericanos que se acostumbraron a vivir ahí porque los
pescadores los alimentaban, hoy está prohibido hacerlo, pero en una especie de
nostalgia por los buenos tiempos ellos acuden a nadar y juguetear entre los
barcos. De vez en cuando algún turista les avienta un pedazo de comida. La
ciudad está enclavada en la provincia de Atacama, es árida, con un paisaje de
roca que se junta con el mar. Esto es particularmente apreciable por la costanera
que va hasta las ruinas de la Huanchaca, en estas hay un museo donde se
aprecian algunas obras de arte, fósiles, explicaciones sobre el universo y una
réplica de un vehículo de la NASA. Es en Antofagasta donde está uno de los
mejores observatorios astronómicos del mundo, que se trabaja en cooperación con
esta agencia estadounidense.
La vida se
concentra alrededor de la calle peatonal que va de la plaza principal a la
intersección con el mercado. Mares de gente que viene y va, mientras artistas
callejeros, malabaristas, músicos y hábiles dominadores de pelota hacen sus
exhibiciones, aquí los artistas son bien recibidos y la policía no les molesta.
Ahí nos encontramos a Jonathan Palomino, un peruano viajante muy buena onda,
que también viaja haciendo madonnari. Nosotros hicimos un par de obras con muy
buena aceptación, primeramente y después de discutirlo un rato concluimos que
debíamos probar con un tema religioso, la Virgen de Guadalupe fue la elegida en
representación de lo mexicano. Los paseantes la contemplaban admirados y la cooperación fue generosa. Al día siguiente le tocó el
turno a Mario Moreno “Cantinflas” igualmente fue bien recibido y creo que mejor
ejecutado que el anterior. Sobre todo la gente mayor lo reconocía y hasta encontramos
a un señor que dijo en su juventud fue cirquero y conoció a Cantinflas y a
Vicente Fernández. Ahí conocimos a un
personaje, exconvicto convertido al cristianismo que hacía letreros con
mensajes de amor, decía: Yo trabajo para los mineros, para los policías, para esos que no pueden expresarse con su amada, yo les ayudo a decir justo lo que ellos quieren pero no saben como.
Es evidente
que en Chile la economía va mejor que en los otros países de Sudamérica, más en
Antofagasta, donde la principal actividad es la minería, lo que sí es evidente
es que el costo de vida es mucho mayor, especialmente acá en la zona desértica
donde la mayoría de los alimentos se tiene que importar de otras regiones del
país.
Mural de Antofagasta |
Mural de Antofagasta |
Jonhatan Palomino en Antofagasta |
Jardin de piedras en Antofagasta |
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