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sábado, 2 de mayo de 2015

Chile: De San Pedro de Atacama a Antofagasta

Callejuela de San Pedro de Atacama, con los andes nevados al fondo

Llegamos a San Pedro como al mediodía, no me refiero a San pedro el cacto místico y alucinógeno, tampoco al guardián de las puertas del cielo cristiano. Este San Pedro es un pueblito semidesértico ubicado en la provincia biótica del Atacama, y aunque hoy es territorio chileno, antes fue territorio boliviano y antes de eso fue de la cultura Chinchorro y vayamos a saber de quien lo fue antes, si es que alguna vez tuvo dueño la tierra…

La primera impresión es buena, es un pueblo árido pero con buena infraestructura, algunas calles adoquinadas, una iglesia de barro (en reparación). Ecológicamente es lo mismo que Uyuni en Bolivia, pero están varios decenios de distancia en cuestiones de “desarrollo”, acá no hay las mamitas con sus faldonas y carros alocados. Al igual que en Uyuni, hay “Valles de la luna” Géiseres, un salar, desierto, pero acá todo es orden y pulcritud, eso sí, los precios pueden ser 3 o 4 veces lo que en Bolivia. Es difícil obtener permiso para trabajar en la calle, así que no pretendemos quedarnos acá y buscamos un autobús rumbo a Antofagasta, el primer punto planeado en Chile. Solo pudimos encontrar un autobús destino Calama, como a eso de las 4:00pm, tardamos 3 horas en llegar y cuando llegamos a la terminal, no había más autobuses rumbo a Antofagasta. A mí me urgía llegar allá para solucionar lo de las tarjetas de banco. Nos tuvimos que quedar en Calama y ahí comenzamos a sentir la verdadera diferencia de precios, en Alojamiento, Chile es varias veces más caro que Bolivia, así que hay que prepararse para ello, encima en chile se manejan miles de pesos como unidades básicas de mercado, así que hacer conversiones era todo un lío.

Al día siguiente salimos temprano rumbo a Antofagasta. Llegamos alrededor de las 10:30am, tomamos un taxi que nos llevó al centro y nos instalamos, $18,000 en un cuarto para dos personas, bastante limpio, con baño compartido. Ahí en Antofagasta traté de resolver lo de mis tarjetas, pero me comentaron que aunque el banco se llamaba igual, eran entes financieros diferentes, de tal forma que no podían ayudarme. Decepcionando y pateando un bote salí a la calle pensando en cómo tenía que hacer el viaje de ahora en adelante.

Ahora es fin de verano y el clima es agradable.Ese día nos fuimos a conocer la ciudad, caminar por el malecón y andar por la playa. En el puerto vive una familia de Leones marinos sudamericanos que se acostumbraron a vivir ahí porque los pescadores los alimentaban, hoy está prohibido hacerlo, pero en una especie de nostalgia por los buenos tiempos ellos acuden a nadar y juguetear entre los barcos. De vez en cuando algún turista les avienta un pedazo de comida. La ciudad está enclavada en la provincia de Atacama, es árida, con un paisaje de roca que se junta con el mar. Esto es particularmente apreciable por la costanera que va hasta las ruinas de la Huanchaca, en estas hay un museo donde se aprecian algunas obras de arte, fósiles, explicaciones sobre el universo y una réplica de un vehículo de la NASA. Es en Antofagasta donde está uno de los mejores observatorios astronómicos del mundo, que se trabaja en cooperación con esta agencia estadounidense.

La vida se concentra alrededor de la calle peatonal que va de la plaza principal a la intersección con el mercado. Mares de gente que viene y va, mientras artistas callejeros, malabaristas, músicos y hábiles dominadores de pelota hacen sus exhibiciones, aquí los artistas son bien recibidos y la policía no les molesta. Ahí nos encontramos a Jonathan Palomino, un peruano viajante muy buena onda, que también viaja haciendo madonnari. Nosotros hicimos un par de obras con muy buena aceptación, primeramente y después de discutirlo un rato concluimos que debíamos probar con un tema religioso, la Virgen de Guadalupe fue la elegida en representación de lo mexicano. Los paseantes la contemplaban admirados y la cooperación fue generosa. Al día siguiente le tocó el turno a Mario Moreno “Cantinflas” igualmente fue bien recibido y creo que mejor ejecutado que el anterior. Sobre todo la gente mayor lo reconocía y hasta encontramos a un señor que dijo en su juventud fue cirquero y conoció a Cantinflas y a Vicente Fernández. Ahí conocimos  a un personaje, exconvicto convertido al cristianismo que hacía letreros con mensajes de amor, decía: Yo trabajo para los mineros, para los policías, para esos que no pueden expresarse con su amada, yo les ayudo a decir justo lo que ellos quieren pero no saben como.


Es evidente que en Chile la economía va mejor que en los otros países de Sudamérica, más en Antofagasta, donde la principal actividad es la minería, lo que sí es evidente es que el costo de vida es mucho mayor, especialmente acá en la zona desértica donde la mayoría de los alimentos se tiene que importar de otras regiones del país.












Mural de Antofagasta




Mural de Antofagasta

Jonhatan Palomino en Antofagasta








Jardin de piedras en Antofagasta





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